Colinas dulces azules largas
reposan en la quietud de nuestros sueños
Un sol caliente amarillo puesto relaja
el paisaje de la memoria
donde largos chiquillos fríos interpuestos
juegan en amarillo azules pastos vacíos
Ropa tendida en lo alto de los rascacielos
ondean el cielo sucio gris de la ciudad insomne
Paseen y vean el crujido de las osamentas ventanas
que al atardecer, en crueles ojos, proyectan el incendio