miércoles, 21 de septiembre de 2016








Y que cuando crezcas tengas un espacio que arrancarle al mundo
como se le arrancan a la madre sus hijos
Y que lleves allí los tesoros que con tu trabajo indigno
arrancaste de la sangre de otros rostros
Y que los guardes con gran temor y con maligna mirada
de aquellos que quieran hacer con tu sangre lo que hiciste tú con la suya
Y que el polvo caiga y se levante de tu guarida mil veces
mientras tu observas en la distancia los tesoros que podrían ser tuyos
Y que el tiempo caiga y se levante y tú seas más fuerte
y tomes vientre y semilla para disponer lo que harán otros con lo que tu has hecho
que sean bien llevados por los pasillos que tu mismo recorriste
y aprendan la lección del puñal y la tierra con que abriste la herida en que hoy te guareces
que pasen las generaciones y degeneren y tu mismo pases mientras tu cerebro se corroe
pero algo es seguro y es que entre tus pertenencias todas llevaban tu nombre